Resulta que desde la alegría de seguir adelante surge el inevitable desgarro de dejar atrás, por opción u obligación no es igual de doloroso, los tiempos se fugar una vez en el recuerdo y pareciera solo un instante el que marco la rebeldía de permanecer en este lugar.
Contra la corriente casi como lema, algo de eso aprenderé, por algo la insistencia perdura, me intento vislumbrar de vieja y pienso si ya me habré aburrido de buscar caminos solitarios y quizás como terminaré.
La ausencia de un plan final no me permite ver a la distancia una imagen de mi futuro, solo espero que en ese momento aparezca la alegría de haber servido con pasion y que los frutos de mi trabajo y vida hallan logrado intervenir de buena manera.
El cariño que se recibe al partir es una angustia por las tristezas pero una recarga porque me hace sentir que no estaba tan equivocada, quizás no fueron las mejores decisiones para mi tranquilidad pero si para mi buen dormir.
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