Los niños, cantantes de vida, ruedan gustosos de ver los colores del mundo, arrastrando penas ingenuas sobre sus hombros por dos segundos para olvidarlas con un abrazo cariñozo, muestras de amor inconfundible a cada momento, se apapachan a quien los entienda, que gustoso es el abrazo de un niño que no conozco.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario